
01 May Daños por cotorras y su manejo en el cultivo de pecán
En los agroecosistemas, el hombre y las especies domesticadas utilizadas en las actividades productivas conviven con las especies de la flora y la fauna silvestres. Si bien esta convivencia es generalmente armoniosa, existen situaciones en que las especies animales o vegetales silvestres, por su abundancia y/o comportamiento, entran en conflicto con los intereses de los productores. En estos casos, se requieren esquemas de manejo integrados. En la entrevista de este mes, Maria Elena Zaccagnini, bióloga de vida silvestre y productora de pecán, nos cuenta y comparte los trabajos realizados sobre daños de cotorras, por qué no es tan fácil encontrar una solución a este problema, y nos da su opinión sobre cómo abordar el manejo de esta plaga.
- ¿Cuál es tu nombre? ¿Cómo entraste en contacto con la problemática que se genera en torno a las cotorras y el cultivo de pecán?
Mi nombre es María Elena Zaccagnini, soy bióloga de vida silvestre y productora de nueces pecán. Mi interés por las cotorras surge desde que comencé a trabajar al INTA hace muchísimos años, precisamente para trabajar en el manejo de aves perjudiciales. Hace unos años observé en la plantación que las cotorras vecinas visitaban los árboles y de tanto en tano cortaban y se comían algunas nueces tiernas. Simultáneamente escuché a otros productores quejarse de lo mismo, y puse más atención al tema.
- ¿Cuántos años trabajaste investigando este tema? Y, ¿en dónde?
Trabajé muchos años en el tema de evaluación de daños de aves en cultivos en el INTA Paraná, y también coordiné un proyecto de FAO de Control Integrado de Aves Plagas en el área Binacional de Argentina y Uruguay. En ese proyecto trabajamos con más de 15 consultores internacionales buscando alternativas de manejo, desde distintas perspectivas o abordajes metodológicos y tecnológicos. Muchas recomendaciones, poca o nula implementación, y cero resoluciones de los conflictos. Esto nos habla de un problema cultural más que tecnológico o, mejor dicho, hay una cultura de querer una solución simple a un problema complejo y como eso no es posible, no hacemos nada y convivimos con el problema sin buscar situaciones intermedias.
- ¿Cuál es el daño que generan las cotorras en una plantación de pecán? ¿En qué época es más común? ¿Su comportamiento es igual en todas las regiones productivas del país? Dónde se visualiza más este problema y por qué? Y ¿es igual en un lote de 2 hectáreas que de 100?
Los daños de cotorras, como de otras especies de aves, son muy variables, puede haber huertos con nada o mínimo daño, y otros donde los daños son aparentemente altos (digo aparentemente porque no se mide, no se cuantifica), y suele ocurrir que los daños se sobreestiman. Sin embargo, en los últimos tiempos, pareciera que el tema se ha complicado, y hay productores que tienen perdidas muy importantes, sobre todo en las variedades tempranas. Este año en particular (2023), en que la disponibilidad de otros recursos más comunes en la dieta de las cotorras ha sido escasa, pareciera observarse un cambio en sus comportamientos y se las observa comiendo en los montes de pecan más intensamente que años previos. ¿Podría ser una situación alternativa? No lo sabemos, pero preocupa porque estas aves aprenden muy rápidamente a distinguir alimentos altamente nutritivos, y ojalá no aprendan que el pecán es muy rico en nutrientes, y se fijen de manera permanente en los montes. Hay que poner mucha atención a un cambio de comportamiento y pensar como interferimos esto con prácticas de manejo.
La especie es común en todo el país, y se las ve en todas las regiones, y en mayor o menor medida, productores de distintas regiones se quejan, lo cual nos muestra que el problema está ampliamente distribuido. El año anormal y con gran escasez de otros recursos, podría estar explicando esta mayor predilección por los pecanes que aun siendo menos productivos que años anteriores por la sequía, la mayoría de los productores tiene riego, y las nueces están. Pero nuevamente, es una especulación. Obviamente, no es lo mismo un lote pequeño que uno grande, generalmente en los lotes de mayor tamaño los daños se diluyen un poco, pero en aquellos pequeños, el impacto puede ser alto.
- ¿Por qué las cotorras se acercan al cultivo? ¿Qué las atrae?
Los Psittasidos en general (grupo que integra a las especies de Loros) comen frutos y semillas. Es común ver que en árboles frutales cortan la fruta, y no comen todas. Esto hace que el daño sea aún mayor, porque no es que comen muchos frutos sino que cortan y dejan inservibles los frutos inmaduros. El pecan como dije, es muy nutritivo, y estas aves distinguen muy bien las semillas o frutos que les aportan energía abundante y si es al menor esfuerzo posible, la relación costo beneficio para ellas es muy importante. De modo que todo fruto rico en aceites será siempre preferido. Además, los árboles de pecanes son hermosos para posarse, juntar los grupos a parlotear a la siesta, y además de brindar sitios de sociabilización, les aporta alimento importante y rico en nutrientes. Una formula perfecta.
- ¿Se puede considerar a estas aves una plaga? ¿Por qué si o por qué no?
Las especies suelen ser visualizadas como plagas, cuando realmente causan un daño económico, y en particular esta especie en algunos casos lo produce y en otros no. Es muy visible y ruidosa, de modo que podría percibirse como más dañina de lo que es. No estoy negando sus daños, solo que podrían sobreestimarse sus impactos por esta condición de conspicuidad y ruidosidad.
- ¿Por qué no es tan fácil encontrar una resolución a este problema? Y ¿cuál es el error más común de productores al intentar encontrar una solución?
No es fácil encontrar una solución por varios motivos. En principio porque estamos frente a una especie con comportamientos complejos, muchas cosas no sabemos de sus preferencias, pero además frente a organismos complejos, las soluciones suelen ser también de esa índole. Se requiere de implementar un conjunto de medidas que interfieran con una variedad de mecanismos y procesos bioecológicos de los cuales poco sabemos. Requerimos esfuerzos coordinados entre productores e investigadores para experimentar distintas medidas. El estado no invierte en investigación, los productores no pueden o no están en condiciones de llevar adelante un plan complejo de varias medidas implementadas en modo sincronizado para que sea eficaz. Por ejemplo, se ponen expectativas en métodos que podrían interferir la dinámica reproductiva y por lo tanto la poblacional sin tener en cuenta que en una especie longeva, con nidos complejos, ver los efectos esperados bajando la población o inhibiendo la reproducción puede llevar muchos años. Son posibles esas estrategias, pero no deben esperarse resultados inmediatos en una disminución del daño, que es el objetivo que no debiéramos perder de vista. Es lo que queremos reducir, verdad?
- ¿Cómo vienen enfrentando los productores esta problemática o cuáles son las medidas que generalmente toman para resolver el problema?
Los productores lo ven con preocupación, con la sensación de desamparo desde la ciencia y la aplicación. Entonces, frente a la falta de respuestas, hacen lo que pueden, matan cotorras, destruyen nidos, envenenan sin un éxito asegurado pese a lo riesgoso de algunas prácticas. Y por otro lado, los investigadores lo viven también con preocupación, cierto grado de frustración por falta de prioridad en la asignación de fondos y su continuidad para realizar las investigaciones necesarias para producir alternativas confiables. Es un típico tema que requiere de alianzas entre privados y estado, de cogeneración de conocimientos para resolver problemas de manera conjunta. En estos temas se debe garantizar el largo plazo para tener respuestas significativas. Así se trabaja en algunos países donde si encuentran algunos caminos positivos en el manejo de plagas, como Australia y Nueva Zelanda.
- ¿Cómo sugerís que debería pensarse el manejo de estas aves? ¿Cuál es la filosofía de resolución del problema que recomiendas?
El problema de daños en plantaciones puede tener algún grado de manejo con resultados positivos en términos de reducir el daño, no eliminar la especie. Esto debe hacerse de manera integrada, teniendo un plan basado en distintas alternativas orientadas a interferir diferentes mecanismos y comportamientos, planteando un plan de manejo conjunto entre productores y científicos, analizando resultados en las plantaciones y ajustando el manejo basado en conocimiento empírico y datos creíbles. En esto la improvisación no sirve, no aporta nada, es un gasto de dinero y tiempo inútil. Primero debe ingresar a las agendas de las instituciones de investigación, para que haya asignación de fondos y se asegure la continuidad. Asimismo, debe planificarse la experimentación y el manejo en forma conjunta entre productores e investigadores, y no esperar a tener todos los datos para tomar decisiones, sino ir haciéndolo a medida que se van implementando acciones, de manera tal, que aporte información para ir aprendiendo e ir ajustando detalles del manejo. El problema recae en que esto requiere tiempo, compromiso, ir y venir varias veces en el proceso (lo que llamamos iteración). Pero la realidad es que no siempre existe esta paciencia en el campo, o la posibilidad de sostenerlos. En conclusión, los programas nunca terminan de arrancar y terminan antes de tiempo sin soluciones y mucha frustración de las partes.
- ¿Hay alguna experiencia exitosa en el manejo de cotorras? Si la hay, ¿en dónde? ¿Se puede aplicar en nuestro país y en las distintas zonas productivas?
No exactamente, hay experiencias de manejo en algunas regiones de Estados Unidos, España, donde esta especie fue introducida como mascota, y ahora es un problema. Es un tema que debe ser encarado con bases científicas para que sea más asertivo. Esto lleva tiempo y esfuerzo, y por lo que yo he visto en mis más de cuatro décadas de trabajo, no se dan las condiciones para poder concretarlo. No hay que perder esperanzas y dar un paso convocando al Estado y a los Privados a trabajar juntos buscando soluciones, pero SIN EXPECTATIVAS de resultados inmediatos, sino trabajar juntos para ir encontrando soluciones de avance.
- ¿Otra recomendación o información que te gustaría mencionar?
Solo mencionar que hay varios trabajos publicados, algunos más teóricos que otros, pero no es que nadie no hizo nada o no se pensó el tema, es solo que la implementación no se llegó nunca a hacer del modo en que esté basado en conocimiento y por lo tanto, poder ir avanzando sobre bases más firmes.
Ponemos a disposición los trabajos realizados por María Elena: Nuevos enfoques en el manejo de conflictos de fauna silvestre para una agricultura Sustentable y El manejo integrado de plagas. A su vez compartimos la presentación hecha por la Dr. Sonia Canavelli sobre este tema en 2020 sobre principios y criterios para el manejo de cotorras en el cultivo de pecán.